
A lo largo de todas las etapas, queremos cuidar no sólo lo académico, sino también el despertar religioso y su acompañamiento en el tiempo, personalizándolo y madurándolo juntos. Como Iglesia misionera, nuestra tarea evangelizadora nos lleva a comprometernos con el cuidado integral del alumnado para que sean personas con madurez personal, intelectual, solidaria y espiritual.
El apoyo emocional y personal más allá de lo académico es fundamental en todas las etapas. Por eso, garantizamos la formación y acompañamiento personal, social y religioso de todo el alumnado, velando por su bienestar con personal formado para ello a través de la atención personalizada de un equipo humano formado para ello, así como las instalaciones dedicas a tal efecto fuera del horario lectivo