Con esta circular, queremos informaros de nuestra honda preocupación por la nueva ley educativa, la LOMLOE, que se está debatiendo actualmente en el Parlamento.
Sin entrar en otros debates que no sean meramente educativos y, desde el punto de vista de nuestra escuela concertada, os queremos hacer llegar alguna de nuestras preocupaciones.
Es otra ley que nace sin acuerdo, como todas las que ha habido hasta ahora. Esta zozobra legislativa castiga al sistema educativo, a la calidad de la docencia y lo sufren especialmente los alumnos. Pedimos a las instituciones políticas un esfuerzo de diálogo y consenso.
La LOMLOE elimina la demanda social y permite distribuir a los alumnos por centros, reduciendo significativamente la capacidad de elección de las familias del colegio que quieren para sus hijos, siendo este un derecho avalado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Existe, evidentemente, un derecho a la educación que creemos que se debe garantizar, plazas suficientes en los centros sostenidos con fondos públicos, también, por tanto, en los de iniciativa social o concertados. Es necesario potenciar la educación de calidad, mejorar la educación pública y la sostenida con fondos públicos garantizando la libre elección de centros por parte de las familias.
La enseñanza de la religión como asignatura queda sin efectos en la evaluación y sin alternativas. Como centro educativo entendemos que es una enseñanza que ayuda a comprender los puntos clave de nuestra historia y que permite a los alumnos conocer y elegir, desde el conocimiento y con libertad personal, su convicción personal ante los retos vitales y sociales.
Este proyecto de ley afecta a más de 260.000 profesionales, docentes y no docentes, que ven peligrar la continuidad de sus puestos de trabajo; a los 4 millones de familias a las que se limita el derecho a elegir el tipo de educación que mejor se adecúa a las necesidades de sus hijos y al proyecto educativo con el que se identifican; a más de 3 millones de alumnos, que eligen voluntariamente cursar la asignatura de Religión en centros públicos y privados; todo esto englobado en más de 9.300 centros de la red concertada y privada que ven peligrar su continuidad y función social.
A todos nosotros –familias, centros, docentes y alumnos – nos une el mismo objetivo: un sistema educativo de calidad que contribuya a la mejora de la sociedad.