El pasado 8 de enero, nuestros misioneros Thomas M. y A. Peter Johnson fueron atacados por una multitud fanática de pueblo de Sahanagar. Los Misioneros Claretianos, desde el año 2000 prestan sus servicios a la gente pobre de la localidad de Sahanagar, Memari, mediante el funcionamiento de la “Escuela St. Claret” que da albergue a niños de las zonas rurales además de diversos programas sociales de desarrollo.
El 08 de enero, hacia la 2 de la tarde, dos hombres de la etnia “Santal” del lugar, abordaron de modo violento al P. M. Thomas CMF, el superior religioso, acusando a la Misión de ser la responsable de la contaminación del agua de un canal colindante. La acusación ha sido rechazada por los misioneros que pidieron la intervención de los jefes de la aldea pero estos se negaron a proceder a una investigación.
A pesar de lo infundado de la acusación, el P. Thomas estaba dispuesto a limpiar el canal ayudado por los otros misioneros y el personal de servicio, cuando unas 40 personas los atacaron con violencia. El P. Thomas fue golpeado severamente,al igual que el P. Peter Johnson quien acudió en su ayuda.
Después de un largo calvario los sacerdotes lograron escapar a su residencia mientras la multitud gritaba delante de la casa tratando de romper las puertas. Sólo una hora después de haber solicitado ayuda, se presentaron cuatro agentes de la policia que fueron insuficientes para calmar a las cerca de 300 personas que hacia las 18:30 hrs. ya se habían reunido en el lugar, gritando consignas anticristianas y profiriendo amenazas de muerte.
Cuando finalmente llegaron refuerzos policiales pudieron contener la violencia, asegurando la intervención del municipio en la limpieza del canal y en el abastecimiento de agua potable para los demandantes.
Los padres Thomas y Johnson fueron llevados a un Hospital de la zona por la misma Policia que les ha pedido no volver a Sahanagar hasta que todo vuelva a la normalidad.
El día 9 de enero los empleados municipales limpiaron el canal encontrando los cadáveres de tres perros en su interior. Tras ser identificados los perros, los demandantes se sintieron desconcertados y desaparecieron del lugar. Por la tarde volvieron los misioneros y junto con el Comité de gestión del Colegio solicitaron la protección de la Policía para dar seguridad a la Misión y al albergue donde residen numerosos niños, el personal docente y de servicio, otros sacerdotes y un grupo de religiosas.
La Autoridad se comprometió a brindarles seguridad y determinó que la escuela podía ser reabierta; aunque debido al malestar, se ha decidido mantenerla cerrada todo el fin de semana. Mientras tanto, algunos jóvenes han continuado causando pánico entre los niños y niñas del albergue, arrojando piedras a su interior. Asimismo se siguen profiriendo amenazas de muerte contra el personal relacionado con la Misión.
Las consignas anticristianas utilizadas y la reacción de la gente en la identificación de los perros muertos dan espacio para la sospecha de que el evento ha sido planeado por personas interesadas en perturbar la Misión.
Nuestros misioneros nos piden rezar por ellos a fin de poder continuar sirviendo a esta gente.
En la foto (de izquierda a derecha) nuestros misioneros: Primoose, Dunston, Thomas, Johnson y Basanio.