El camino a Belén se abre ante nosotros, y nosotros, como los pastores en su tiempo, lo recorremos alegres y llenos de dicha. Vamos al encuentro de Aquel que decidió encarnarse en un pobre pesebre. Es momento de paz y alegría, también de silencio y amor. Ójala la mirada del Niño se quede para siempre en nuestros corazones y nos acompañe en este año que vamos a comenzar.
¡Os deseamos una FELIZ NAVIDAD y un venturoso año 2015!